El reino de los cielos
Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.
Hay una plegaria del Maestro Josué (Jesús) que es muy conmovedora y al mismo tiempo significativa, respecto a la calidad de su mensaje: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has mostrado a los sencillos las cosas que escondiste de los sabios y entendidos. Sí, Padre, porque así lo has querido.” El Maestro aquí está estableciendo un criterio para interpretar su mensaje. En concreto dice: mi mensaje es sencillo, no es complicado, no necesitas sabios, entendidos, expertos, teólogos, historiadores, ni científicos, para entenderlo. Y añade algo que no es menor: esta sencillez es la que el Padre ha querido, quiere y querrá siempre en sus mensajes. Si a esto le añadimos el mandato de ser como niños para poder entrar a su reino, la cosa no puede estar más clara.
De lo dicho se desprende que cualquier complicación en el mensaje o la enseñanza no proviene de la fuente, sino del intérprete. Un ejemplo de la manera en la que "sabios y entendidos" han venido a oscurecer la enseñanza la encontramos en la explicación de lo que es el cielo y el reino de los cielos. En la voz de la IA de Google escuchemos a estos sabios:
¿Qué es el reino de los cielos según Mateo?
En Mateo, el Reino de los Cielos, o Reino de Dios, se refiere al gobierno de Dios, tanto en el cielo como en la tierra, donde Dios actúa como rey y Señor, manifestando su autoridad. Es un concepto dinámico que describe el proceso por el cual Dios comienza a gobernar y actuar en el mundo, trayendo salvación, haciendo discípulos y extendiendo la esperanza. Se considera el contenido principal de la predicación de Jesús en Mateo.
Explicación más detallada:
- Sustituto de Reino de Dios: Mateo utiliza "Reino de los Cielos" en lugar de "Reino de Dios" debido a la sensibilidad cultural judía hacia la pronunciación directa del nombre de Dios.
- Acción Divina: El Reino de los Cielos no es un lugar físico, sino más bien una acción, un proceso donde Dios empieza a gobernar y manifestar su ser divino en el mundo de los hombres.
- Próximo e Inminente: Jesús anuncia que el Reino de los Cielos está cerca, indicando que Dios está cerca y que su reino se manifiesta en la tierra.
- Mensaje de Salvación: La llegada del Reino de los Cielos trae consigo el mensaje de salvación, la misión de hacer discípulos y la encomienda de traer esperanza a los necesitados.
- Transformación: El Reino de los Cielos implica una transformación interna, un cambio de mentalidad y una forma de vida centrada en Dios, buscando primero su reino y justicia.
- Parábolas: Mateo usa parábolas para ilustrar la naturaleza del Reino de los Cielos, como el tesoro escondido, la perla de gran precio y otras imágenes que revelan su valor y significado.
- Autoridad de Jesús: Jesús declara tener toda autoridad en el cielo y en la tierra, mostrando que el Reino de los Cielos está ligado a su persona y su obra.
Esta respuesta a la pregunta ¿Qué es el reino de los cielos según Mateo? tiene exactamente el mismo sabor que las respuestas de los amigos de Job: suenan correctas, lógicas, ciertas, pero, en realidad están vacías. No hay mayor soberbia que creerse representante y defensor de Dios, porque, como dijo el Maestro:
Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid: “Siervos inútiles somos; porque sólo hicimos lo que debíamos hacer.”
No hay mérito en explicar lo obvio: que el cielo es el cielo, así de simple. Como dice el rey salmista:
Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento anuncia la obra de sus manos.
Ahí donde habitan el sol, la luna y las estrellas, esas luminarias majestuosas que marchan siempre sin titubear, sin dudar, porque son lo que son y funcionan según lo que son, se manifiesta la plenitud del reino de los cielos. Por eso se le promete a Noé:
Mientras exista la tierra, no cesarán la siembra y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, el día y la noche.
Y a David:
Una vez he jurado por mi santidad, y no mentiré a David: Su descendencia será para siempre; y su trono, delante de mí, como el sol. Será como la luna, que permanece firme para siempre, un fiel testigo en medio de las nubes.
Y a Israel le declara:
Así ha dicho «Seré», quien da el sol para luz del día, y la luna y las estrellas para luz de la noche, el que agita el mar de manera que rugen sus olas—«Seré», Señor de los Ejércitos es su nombre—: “Si esas leyes faltasen delante de mí, dice «Seré», entonces la descendencia de Israel dejaría de ser nación delante de mí, perpetuamente.”
El reino de los cielos es eso, el gobierno constante que hace posible la existencia del universo y de la humanidad. El orden que sostiene nuestra vida. Ahora es más fácil entender este reino gracias a nuestra capacidad de salir del planeta y contemplarlo desde el espacio. Los anglosajones hablan del overview effect o "efecto perspectiva" que experimentan algunos astronautas y que se caracteriza por un estado de asombro y autotrascendencia frente a la sobrecogedora percepción de un planeta solitario en medio del infinito, un mundo lleno de belleza, en el que cada elemento y cada especie que lo componen son absolutamente necesarios, y donde surge de manera espontánea un sentido de profunda responsabilidad frente a la evidente fragilidad de nuestra existencia.
Este estado de asombro y autotrascendencia es lo que se traduce tradicionalmente como "temor a Dios". Ese temor o asombro es lo que lleva a la exclamación "los cielos cuentan la gloria de Dios", porque no hay mejor imagen o metáfora del Creador que el espacio infinito. Y este asombro, que permite el surgimiento del sentido de responsabilidad, es, en palabras del rey Salomón, el principio de la sabiduría.
Conscientes de que nuestras percepciones son limitadas, no podemos centrarnos en nada que no sea nuestra propia función y lo sabemos. Por eso es tan importante la libertad, porque solo con ella logramos el ejercicio de nuestra vocación, que siempre es un servicio a los demás seres humanos. Por eso, finalmente, en el reino de los cielos, el más importante es el que más sirve, sin que importen ideologías o doctrinas, útiles para orientarnos, pero que no reemplazan jamás a la acción. Tus obras te definen y afectan o influencian a los demás. Tus actos revelan tu verdadero credo:
—¿Qué opinan ustedes de esto? Un hombre tenía dos hijos, y le dijo a uno de ellos: ‘Hijo, ve hoy a trabajar a mi viñedo.’ El hijo le contestó: ‘¡No quiero ir!’ Pero después cambió de parecer, y fue. Luego el padre se dirigió al otro, y le dijo lo mismo. Este contestó: ‘Sí, señor, yo iré.’ Pero no fue. ¿Cuál de los dos hizo lo que su padre quería? —El primero —contestaron ellos. Y Jesús les dijo: —Les aseguro que los que cobran impuestos para Roma, y las prostitutas, entrarán antes que ustedes en el reino de los cielos.
Cuando dos o tres seres humanos se ponen de acuerdo para servir con honestidad al bienestar equilibrado de esta generación, sin perder de vista la que ya está llegando y las que están por venir, el reino de los cielos se acerca a la tierra. No hay duda. Para eso hemos conservado nuestros Textos Ancestrales, para que nos ayuden a acrecentar la sabiduría de manera que sepamos dónde dar la puntada, dónde hacer palanca, para acelerar el cambio en libertad y equilibrio.
Digno eres, Padre de nuestros padres, de recibir nuestra gratitud porque nos concedes alcanzar la sabiduría para traer tu reino de los cielos a la tierra.